La incidencia de cáncer cervicouterino es alarmantemente alta en América Latina, con países como México (12.6 por cada 100 mil mujeres), Guatemala (20.3), Bolivia (36.6), Paraguay (34.1) y Chile (11.1) liderando las estadísticas, según datos de la doctora Lucely Cetina, oncóloga del Instituto Nacional del Cáncer de México.
En República Dominicana, aunque no existe un registro nacional específico, las cifras internacionales sugieren que el país podría tener aproximadamente 12 mil casos anuales de cáncer de cérvix. La mortalidad también es alta en estos países, así como en Centroamérica y el Caribe.
Durante el 21º Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, celebrado en Ciudad de México con la participación de 48 periodistas, Cetina destacó que la incidencia de este cáncer es tres veces mayor en países con condiciones socioeconómicas desfavorecidas y en comunidades de mujeres negras e indígenas, además de los factores biológicos.
El cáncer cervicouterino afecta desproporcionadamente a mujeres en situación de vulnerabilidad con acceso limitado a chequeos y servicios de salud, lo que evidencia la desigualdad en el continente. Este tipo de cáncer está estrechamente asociado al Virus del Papiloma Humano (VPH), y el 99% de los casos están vinculados a este virus.
En México, se reportan 13 muertes diarias por cáncer cervicouterino, con el 80% de las pacientes llegando en etapas avanzadas, lo que reduce significativamente las probabilidades de supervivencia a pesar de los tratamientos disponibles.
Cetina enfatizó que no todas las mujeres con VPH desarrollarán cáncer de cérvix, y la clave está en vacunar al 90% de las niñas a partir de los nueve años para prevenir la enfermedad.
La prevención, detección temprana y tratamiento adecuado son cruciales, pero la vacunación de las niñas menores de nueve años es la medida más efectiva. En México, se diagnostican 28 nuevos casos de cáncer de cérvix cada día, y es la tercera causa de cáncer en mujeres de 44 años, con 13 muertes diarias.
Las características socioeconómicas de las mujeres afectadas en América Latina incluyen un 25.3% de nivel intermedio y alto, un 30.9% en edad geriátrica, un 18% que inicia la vida sexual tempranamente, un 75% que se dedica al hogar, un 78.1% que vive en zonas urbanas y un 35% sin estudios.