“Hemos convertido a Venezuela en una causa mundial”.
Esas palabras podrían resumir el balance que hace María Corina Machado de lo que ha logrado la oposición venezolana en los dos meses transcurridos desde las elecciones presidenciales del 28 de julio en las que, según afirma la oposición, ganó con amplia ventaja su candidato, Edmundo González Urrutia.
En este tiempo, el presidente Nicolás Maduro no ha conseguido que ni siquiera gobiernos cercanos -como el de Luis Inácio Lula da Silva en Brasil o el de Gustavo Petro en Colombia- den por buena la victoria que le concedió el Consejo Nacional Electoral de Venezuela.
Brasilia y Bogotá, al igual que otras capitales alrededor del mundo, siguen pidiendo a las autoridades venezolanas que muestren las actas de votación que sustentan la victoria de Maduro.
Pero, también en este tiempo, el candidato opositor tuvo que exiliarse en España, mientras que la propia Machado vive en la clandestinidad para evitar ser apresada por los cuerpos de seguridad venezolanos que han detenido a unos 2.000 opositores desde los comicios.