Anyelina Baldera
En un tiempo donde la industria del entretenimiento busca constantemente reinventarse, el Sound Beach 2025 demostró que nuestras raíces siguen siendo el mejor escenario para conectar con las emociones del público. Este fin de semana largo, en el majestuoso Hard Rock Hotel & Casino Punta Cana, el merengue volvió a convertirse en protagonista de una experiencia que fue más allá de un concierto: fue una celebración del alma dominicana.
Organizado con maestría por Quepe Music & Events, el evento fusionó música, gastronomía y cultura bajo un solo latido. Cientos de personas, entre turistas locales e internacionales, se congregaron no solo para escuchar a sus artistas favoritos, sino para vivir una descarga de identidad, ritmo y calor humano que solo el merengue puede ofrecer.
El joven animador Hugo Chávez Baldera marcó el tono vibrante de la noche con una conducción fresca y dinámica, abriendo paso a El Blachy, quien con su carisma y energía revitalizó la escena desde sus primeras notas. Temas como «Una noche», «Otra no puede haber» y su tributo a Rubby Pérez con «Color de rosa» confirmaron que el merengue, en sus versiones más contemporáneas, sigue seduciendo a públicos de todas las edades.
Y como si eso fuera poco, Los Hermanos Rosario coronaron la noche con una presentación que fue pura leyenda. El público, incansable, no dejó de bailar ni un instante, reafirmando algo que sabemos pero que vale la pena recordar: el merengue no es solo música, es herencia viva.
Celebramos este tipo de iniciativas que no solo promueven el turismo y el entretenimiento de calidad, sino que también enaltecen nuestros ritmos y talentos. En un país con tanto que ofrecer, que el merengue tenga su espacio en las grandes tarimas no es una concesión: es una necesidad.
Porque cuando suenan las tamboras, no hay dudas: somos Caribe, somos fiesta… y somos merengue.